Son muchas las veces que las personas, cuando se está realizando una jornada de observación de las aves, confunden al Chinchilín con un Cuervo por su color negro-azuloso, en donde tratamos de explicar las diferencias entre estas especies que solo tienen en común su color.
El Chinchilín (que ha sido bautizada por nuestra gente con este nombre, por una de sus vocalizaciones), es un ave completamente negra-azulosa (dependiendo de los rayos del sol), con sus ojos de un amarillo radiante cuando son adultos, ya que cuando son jóvenes sus ojos son de un amarillo pálido.
Esta ave camina con elegancia en las gramas del Jardín Botánico Nacional en busca de cualquier alimento que él crea es bueno para su alimentación y la de sus polluelos.
El grupo de aves a la cual esta especie pertenece es de la familia Icteridae, las cuales, entre la gran variedad de especies que la conforman, esta se ha adaptado muy bien a los ambientes alterados por el hombre, siendo así, que la podemos encontrar en los restaurantes haciéndole compañía a los turistas o simplemente tratando de llevarle su almuerzo si se lo permiten, es una de las especies residentes que tenemos en nuestro país.
Esta ave ha sido erróneamente catalogada en nuestro país como una especie que tiene un mal olor, de donde viene el refrán “Hiede más que un Chinchilín”, dando a entender que su olor es desagradable.
Esto es completamente un refrán equivocado, pues el Chinchilín es una de las especies de aves que más le gusta bañarse, según nuestras vivencias en las observaciones que hemos sido testigos, el Chinchilín pasa minutos a las orillas de los riachuelos, charquitos o estanques donde hay agua, tomando un rico baño, luego vuela a una rama de un árbol donde pasará tiempo arreglando su bello plumaje negro-azuloso.
Si al ir al JBN te detienes a contemplar esta ave, notarás que tiene un color negro, lustroso y brillante, lo que indica que sus plumas están bien cuidadas.
Cuando tienes esta ave en las manos (como es nuestro caso que la estudiamos), se puede confirmar que esta no huele tan mal, en comparación con otras.
Son monógamas y en tiempo de reproducción es hermoso ver el show que montan para atraer a las hembras; ponen usualmente de 4 a 5 huevos y la incubación dura aproximadamente 16 días.
Generalmente andan en bandadas y se puede escuchar primero antes que verlas, diciendo su nombre: “Chinchilín”, forman parte del entorno del Jardín Botánico Nacional y con sus alegres notas de llamados y reclamos nos alegran el día. ¡CUÍDALA!
Texto: María Paulino
Fuente: Birds of the Dominican Republic & Haiti, Latta, et al.
Foto: Luis R. Paulino