Los bosques nublados se encuentran en las zonas montañosas donde su distribución coincide con las áreas de condensación de las nubes. Por lo general están a una elevación de aprox. 2 300 m s. n. m. El clima se caracteriza por la cobertura de nubes (niebla), causando una alta humedad, dando como resultado uno de los bosques con más riqueza epífitas y helechos, Hager y Zanoni (1993).
Estos ecosistemas son muy vulnerables y están formados por una densa comunidad de árboles, constituidos por plantas de origen templado y tropical, con predominio de la flora tropical. A pesar de ser un reservorio de conservación de especies tanto de flora como de fauna, estos poseen un alto nivel de endemismo, ideales para elaborar y llevar a cabo estrategias de conservación con las especies presentes.
A su vez, demandan un gran valor en nuestros ecosistemas ya que prestan diversos servicios ambientales entre los que se destacan: captura de agua y de carbono, conservación de la biodiversidad y del suelo, formación de abundante materia orgánica, conservación de acervos genéticos, belleza paisajística, filtración de contaminantes del aire, suelo y agua, regulación del clima y mantenimiento de ciclos minerales de gases y agua.
En la República Dominicana se pueden localizar en la Loma Quita Espuela, en el Pico Diego de Ocampo, en la zona sur-oriental de la Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de Yamasá, Sierra de Bahoruco, Valle Nuevo, entre otros, este último, reservorio de los bosques de Ébanos.
Los remanentes del bosque nublado en la Hispaniola son el hogar de gran parte de la flora endémica de la isla, los bosques son vitales para captar y regular el agua para la población, y proporcionar una reserva de biodiversidad para el ecoturismo.
El Real Jardín Botánico de Kew, la Fundación Moscoso Puello, Fundación Progressio, la Embajada Británica en Santo Domingo y por supuesto nuestra institución, están apoyando la gestión y conservación del bosque en el Parque Nacional Valle Nuevo.