JBN y RBG Kew impulsan conservación de bosques nublados en Bahoruco Oriental

Lunes, 26 Mayo 2025

Durante el mes de abril, el equipo del Departamento de Botánica y del Banco de Semillas del Jardín Botánico Nacional (JBN), en colaboración con el Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido) y organizaciones locales como Fundación Progressio, Fundación Moscoso Puello y Grupo Jaragua, realizaron una salida de campo en la región de Bahoruco Oriental, con el objetivo de recolectar semillas y muestras de herbario de especies propias del bosque nublado, como parte de un ambicioso proyecto de conservación.

Uno de los símbolos del bosque nublado en esta región es la Magnolia hamorii, una de las tres especies de ébano endémicas de la República Dominicana, actualmente bajo grave amenaza debido a la deforestación causada por la expansión agrícola, la tala y el crecimiento de asentamientos humanos en zonas montañosas.

A pesar de las amenazas, los bosques nublados continúan desempeñando un papel crucial como reguladores climáticos, reservorios hídricos y barreras naturales contra la erosión. Por esta razón, el JBN, junto a sus aliados, trabaja en la recolección, almacenamiento y propagación de semillas de especies prioritarias, estudiando también su viabilidad, germinación y tolerancia a la desecación con fines tanto de conservación como de restauración ecológica.

Durante la expedición, el equipo visitó también la Finca Catheline, una finca cafetalera comprometida con la conservación. Gracias al vínculo establecido por el Grupo Jaragua, se ha implementado allí un pequeño vivero de especies nativas del bosque nublado. En esta ocasión, la Fundación Progressio donó plántulas de Magnolia hamorii exitosamente propagadas, que fueron trasladadas al vivero mediante una actividad grupal en la que todos los participantes colaboraron con entusiasmo.

Posteriormente, los equipos continuaron explorando los bosques en busca de especies de alto interés. Las condiciones del terreno fueron retadoras debido a las fuertes lluvias y la topografía accidentada. Sin embargo, se lograron colectas valiosas, entre ellas de Prunus occidentalis, conocido localmente como membrillo, una especie secundaria asociada a la magnolia, cuyos frutos comestibles recuerdan a las cerezas.

Lamentablemente, durante el recorrido se observaron escenas alarmantes de tala indiscriminada dentro de áreas protegidas, impulsadas por la expansión de cultivos de café, incluso con maquinaria pesada como bulldozers abriéndose paso en pleno bosque. A pesar de ello, el hallazgo de pequeñas plántulas de ébano y otras especies creciendo en el sotobosque brindó un rayo de esperanza.

“El trabajo de conservación es arduo, pero esencial. Aún en medio de la destrucción, la naturaleza resiste silenciosamente. Nuestro deber es apoyarla y redoblar esfuerzos para protegerla”, expresaron los participantes de la jornada.

Estas instituciones continúan reafirmando su compromiso con la protección de los ecosistemas únicos del país, promoviendo acciones concretas para su preservación y restauración.